El Campo Santo de Yungay se encuentra a 1.55 km de la Plaza de Armas de Yungay. El 31 de mayo de 1970, un sismo de magnitud 7.9 provocó el desprendimiento de hielo del Nevado Huascarán, generando una avalanchade lodo, hielo y rocas que sepultó la antigua ciudad de Yungay y a más de 20,000 habitantes. Después de la tragedia, el lugar fue declarado Campo Santo y convertido en sitio turístico y conmemorativo. Hoy se pueden ver los restos del antiguo templo de Santo Domingo, el mausoleo en honor a las víctimas, los vestigios de vehículos sepultados y una de las cuatro palmeras sobrevivientes. En el cementerio, construido sobre el cerro Huansakuy, se alza la escultura del Cristo Monumental de Yungay, obra del artesano Filomeno Melgarejo (1965). Desde allí se aprecia una hermosa vista de la Cordillera Blanca y los valles de Yungay. Solo unas 300 personas sobrevivieron, refugiadas en el cementerio, en cerros cercanos o en un circo ubicado a las afueras. Este desastre es considerado el peor de la historia del Perú y de la zona central de Sudamérica.

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