El sitio arqueológico de Chavín de Huántar, perteneciente a la cultura Chavín, se desarrolló en la época preincaica (siglos XIII–V a.C.). Está ubicado en la confluencia de los ríos Huachecsa y Mosna, afluentes del Marañón, a 3,180 m s. n. m., en el Callejón de Conchucos, y tiene una extensión de 14.79 hectáreas. Chavín fue un centro ceremonial y de peregrinación, donde convergieron personas de distintas regiones y lenguas. Su arquitectura monumental —plataformas, plazas y escalinatas— refleja la grandeza del Horizonte Temprano. Los sacerdotes utilizaban pasajes y galerías subterráneas para realizar rituales y transmitir su religión mediante efectos sensoriales. En su interior se encuentra el famoso Lanzón de Chavín, un monolito de granito de 4.53 m de altura, que representa una deidad con rasgos humanos y felinos, adornada con serpientes y símbolos como la cruz andina (chacana). En el exterior se conservan las cabezas clavas, talladas en piedra volcánica, caliza y arenisca. Las primeras investigaciones fueron realizadas por Julio C. Tello desde 1919, seguidas por Jorge C. Muelle, Luis Lumbreras, Hernán Amat, Richard Burger y Federico Kauffmann Doig. Desde 1996, el arqueólogo John W. Rick (Universidad de Stanford) ha dirigido nuevas excavaciones, descubriendo galerías como Las Caracolas, La Capilla y El Cóndor (2019). Hoy, los visitantes pueden conocer su historia, tomar fotografías y adquirir artesanías inspiradas en la cultura Chavín.

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